domingo, 8 de enero de 2012

Atrevimientos de verano

Estamos viernes 30 dic 2012 y nuestra empresa tiene que iniciar el servicio de salvavidas con motos acuáticas, es un nuevo producto y debemos asegurar que se implemente de acuerdo a lo planeado o se deben tomar las decisiones inmediatas para que el servicio se de sin contratiempos, entonces tomo la decisión de liderar la implementación.

No interesa la dermatomiositis, no interesa la exposición de horas al sol, no interesa el esfuerzo físico que esto demanda, allá vamos, lo haremos.

Son las 6:30am y salimos en mi Peugeot 307 rumbo al sol, digo rumbo al sur, vamos José, Carlos y yo. Diego nos espera en el sur con la moto acuática que trasladó la grúa un poco más temprano.

Son las 7:00am y en plena autopista, casi al lado de nada, km. 51 hay un restaurante que vende desayunos con pan hecho en horno a la leña de aceitunas, de queso y de otros complementos que no se imaginan. Nos pedimos tres porciones de chicharrón a la leña y dos panes cada uno. Mi apetito no es el mismo y mis compañeros quisieran pedir 2 o 3 desayunos para cada uno, yo pongo el freno, yo tengo la plata.

Más al sur, en el km 92 encontramos a la grúa, ya llenó de combustible la moto acuática y debemos entrar a Playa del sol, avanzamos lentamente por la carretera buscando la entrada, preguntamos a los lugareños y nos dicen que ya nos pasamos, que está antes del boulevard de Asia. En ese sector hay una vía auxiliar de doble sentido asi que no es tan complicado dar la vuelta. Vamos de regreso buscando la playa. Ya estamos en el ingreso, pasamos por dos tranqueras y un mundo maravilloso de casas de playa se abre paso ante nuestros ojos y nos olvidamos de la autopista, esto es otra cosa, avanzamos por los caminos claramente delimitados y protegidos con ojivas para evitar la velocidad y llegamos al pie de la playa, a un malecón limpio y a estas horas desierto, solo el vigilante y las olas rompiendo en la arena transmitiéndonos tranquilidad y sosiego. Hay que caminar para explorar la arena, el bastón será un estorbo, caminamos sin el y vamos bien, no siento cansancio, no hay sol, tengo en el auto el sombrero de protección, parece que lo he traído de paseo pero no mirará el mar, está "sentado" en el asiento.

El proveedor de la moto nos ayuda con el ingreso al mar por esta vez, su inmensa camioneta pasa por la arena haciéndola parecer autopista, la arena está quieta y permite el paso sin problemas de esta poderosa maquina.

La moto está a 10 mts. del mar, los salvavidas que la operarán aparecen por la playa, entusiasmados de usar una moto de ultima tecnología, nueva. Vienen vestidos con los trajes de neopreno y chalecos que les proporcionamos, el nombre de la marca RIMAC está en sus pechos y la lucen con orgullo.

Es momento de las instrucciones y de entrar al agua, entre tres salvavidas empujan la moto al mar, aprovechan las olas para lograr que la maquina flote, ya están en el mar, prenden el motor y el rugido mueve las olas como alas a los lados sintiendose la velocidad que es capaz de imprimir. Una ola al frente parece recibir a la nueva moto y con mucha habilidad el salvavidas salta sobre ella pasando a la zona más tranquila y a patrullar el mar. Nos despedimos e indicamos que regresaremos a recoger la moto a las 6:00pm con una cuatrimoto. Mientras tanto vamos a COCOA y CAYMA que son las dos playas que tambien contarán con motos acuáticas para dejar todo coordinado. Vamos en mi auto, ahora ya con signos visibles de arena y polvo por todos lados. Los caminos no son asfaltados, el polvo es una capa que abraza el vehículo en cada momento que se mueve.

En cada playa, bajamos, caminamos largos trechos, nos presentamos con los administradores, nos enseñan las instalaciones y caminamos y caminamos. Estamos nuevamente frente al mar identificando por donde entraran y saldrán las motos.

Mi salud está perfecta, a veces pienso que quizás después tenga algo de que arrepentirme, pero la verdad, les adelanto, al día siguiente me levanté mejor, no tuve molestias mayores a los que sintieron mis compañeros.

Son las 8:00pm, la cuatrimoto recién llega, nos enseñan a manejarla y nos vamos a aparcar a la moto. Diego maneja la cuatrimoto, la maneja con cuidado y lento así como se hunde la carreta en la arena. Diego y José intentan sacar de la arena a la cuatrimoto, su fuerza no es suficiente, Carlos parece la niña del grupo, empuja del costado y con una mano...Son las 9:00 pm a que hora nos vamos a ir a nuestras casas???.

A pedir ayuda, llamamos al supervisor de salvavidas y nos envía una cuatrimoto que con una facilidad asombrosa para nosotros lleva la moto de la arena al malecón y listo. el no lo sabe pero nos ha salvado la vida. En uno de los intentos previos tuve que empujar la cuatrimoto, no se como amaneceré, ya está hecho.

Ya vamos de regreso a casa con la satisfacción del deber cumplido, ya sabemos que ajustes hacer, quiero bañarme y dormir.

El día siguientes y posteriores los pasé muy bien, no me afecto tamaño atrevimiento. La historia se repitió el siguiente fin de semana. Ya no abusaré, allí nomas queda, solo se que lo puedo hacer y que no abusaré.