jueves, 26 de noviembre de 2015

ABSTRACCION

26 de noviembre del 2015, 00:26 minutos,

Hoy quiero recordar mis días de hospital. Recuerdo las habitaciones de 6 camas, del Almenara, normalmente ocupadas por mujeres que fueron mis compañeras de hospitalización. Recuerdo sus batas, sus conversaciones, recuerdo el sonido del carrito trayendo la comida. El carrito de la enfermera trayendo los medicamentos. Recuerdo la enfermera que me arropó cuando tenía escalofríos por el efecto secundario de la medicina, recuerdo su rostro de compasión al verme temblar y desaparecer debajo de esa frazada que no alcanzaba a calentarme...era el principio de una fiebre que me haría arder en pocos minutos entre la sabana y la frazada. recuerdo que ya sabia que era temporal, que me pasaría, que ese medicamento que me provocaba esa sensación, era el mismo que me curaría del mal mayor. Así que no importaba lo que sucedía, había que esperar, ya pasaría y pasó. Recuerdo las nauseas y mis carreras al baño para no les cuento que. Recuerdo  aquellos recuerdos de visualizarme fuera del hospital. Recuerdo mis escapadas a la cafetería del hospital a desayunar o a almorzar porque la comida era mejor que la que nos daban en el cuarto. Escondido en mi casaca larga escondía mi pijama para que me atiendan. Una vez me dijeron "aquí no se atienden a pacientes" y de regreso al cuarto con el estomago vacío a seguro comer galletas o el postre de la comida del hospital. Recuerdo a Luz apurada y amorosa llevando mi extensión para conectar todos mis equipos, llevando mi almohada, mi pijama, mi laptop, mis películas y mis artículos de higiene, mi maleta que no era de viaje pero se parecía. Hoy traigo estos recuerdos y los evoco con intención, los traigo al presente y doy gracias a Dios que todo eso ya pasó. Pido a Dios por todas aquellas personas que como yo estaban allí para recuperar su salud. He visto compañeros perder la batalla, allí junto a mi. He visto el dolor que invade el ambiente cuando una persona se va, he visto el esfuerzo de los Médicos y de las enfermeras por evitarlo, aunque el color azul de sus cuerpos nos dice a gritos que ya no está. A pesar de estos episodios tristes, la vida continuaba, los parientes empujaban las sillas y llevaban a sus seres queridos a encontrar la salud, todos se ven determinados a hacerlo, en silencio, dan pasos al lado de los minutos acercándose a la cima de su búsqueda, allí donde hay salud donde la brisa acaricia sus sueños y son libres, es increíble como la solidaridad se mueve al lado nuestro, nos da vueltas alrededor y cumple su propósito sin darnos cuenta. 

Ahora el tiempo es otro, está copado de actividades, pareciera que no hay tiempo para otra cosa que no sea trabajar, pero no, hay  que darnos el tiempo para hacer las cosas que nos gusta, viajar, tomar fotos de momentos felices, perennizar los momentos alegres, compartir la belleza del mundo y de las personas, familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos. Que en el cuadro menos pensado, en la perspectiva menos usual de las cosas cotidianas tenemos una hermosa visión del mundo que nos rodea que podemos compartir y decir en un gráfico que todo tiene más de un punto de vista y que debemos ser capaces de rotar el cristal y disfrutar de sus diferentes lados.

Hoy la salud nos acompaña y así queremos que siga.